jueves, 13 de agosto de 2009

Negociaciones



En estos días de redes sociales, de facebooks y twitters, que hoy ocupan el tiempo y el espacio que otrora llenaba el lento ritmo de la calle, vivimos la esclavitud de la concisión. (Por cierto, algunos, como el ex primer ministro Blair se adelantó a calificar a los jóvenes de hoy como miembros de la google generation hace un par de años. Se equivocaba: las redes sociales han tomado las riendas y refundan a la nueva generación). Reducir el número de caracteres. Transmitir el más efectivo de los mensajes en el menor tiempo y espacio posibles. Un post en un blog aspira a lo mismo. En convertirse en un pildorazo, algo así como un espresso informativo tomado de un solo sorbo y con cinco aplicaciones de Firefox abiertas a la vez. Además, un post sin imágenes se hace tedioso en esta era. A éste le sobra, desde luego, mucho de esta parrafada. Un sobre y dos cifras: una negociación para coger un taxi en Marruecos. Fue en El-Jadida, en la costa atlántica del país magrebí. Podría haber sido en cualquier otro lugar. El interesado en subirse al taxi escribe abajo la cantidad que está dispuesto a pagar para alcanzar las costas de Oualidía, setenta kilómetros al sur siguiendo el litoral marroquí. Ya se cree conocedor de las lides del regateo. Cree que ya no pueden engañarlo mucho, porque ha pasado varios meses viviendo entre ellos. Sin que medie intercambio lingüístico dada la barrera idiomática, el conductor del coche, gran taxi Mercedes de color blanco, rubrica su contraoferta: 4.000 dirhams. Con la d en mayúsculas, por si hubiera dudas. Pese a la discordancia de cifras y lo desorbitado de la petición del conductor del taxi, la negociación no continúa. Lo coges o lo dejas. La crisis no perdona a nadie y hay días en los que negociar el pan de cada día no es un juego de niños. La anécdota provoca la carcajada general, incomprendida y surreal. Sin embargo, el desplante pasará a la historia misterioso, inescrutable.

1 comentario:

LUIS M. CARRASCO NAVARRO dijo...

Qué recuerdos!! Quizás echo en falta que se especificara por cuánto dinero se hizo finalmente el mencionado trayecto jeje. Un abrazo, Luis.